El niño de 11 años de edad Osvaldo Zamora Barragán fue víctima de estallido de una granada de fragmentación cuando resbaló entre un montículo de piedras, en donde estaba “tirado el artefacto explosivo que le provocó la pérdida del antebrazo y pierna derecha.
El martes 19 el pequeño que permanece hospitalizado en el Hospital para el Niño Poblano, en condiciones de salud críticas pero estables por la pérdida del antebrazo y pierna derecha, pastoreaba el ganado caprino de la familia junto a un compañerito que hacía propio que resultó ileso, y presenció todo lo sucedido.
De acuerdo con testimonios familiares, Osvaldo Barragán pisó sobre el conjunto de rocas en el paraje del municipio de Petlancingo y al rasbalar, salió la espoleta del artefacto explosivo para luego detonar. Fue el pequeñito acompañante quien da parte de la madre del lesionado.
Con el testimonio del amigo del niño que la semana pasada recibió la visita de la esposa del presidente de la República, Margarita Zavala; y de la del gobernador del estado, Martha Erika Alonso se debilita la hipótesis de que pudo haber manipulado la granada de fragmentación.
De igual modo, se fortalece la tesis original de que los responsables del accidente que casi cuesta la vida al pastorcito de Petlancingo, forman parte de las Fuerzas Armadas que habían instalado un campo de prácticas en aquél lugar del sur de la entidad.
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