Guillermo Deloya Cobián negó que detrás de su interés por asumir la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) esté el gobernador Mario Marín Torres, aclarando que no representa ningún el plan B.
“Detrás de mí no hay nadie, detrás de mí no está el impulso del gobernador; estoy enfocado en un esfuerzo absolutamente personal y yo no me prestaría de manera alguna a ser un tipo de juegos que simulen democracia”, sentenció.
Cabe recordar que está en puerta la renovación de ese instituto político, pues el próximo 31 de octubre concluye el periodo del presidente estatal Alejandro Armenta Mier y su secretaria general Claudia Hernández Medina, por lo que sigue creciendo la lista de aspirantes.
Ante los reporteros, Deloya Cobián expuso que la renovación del partido no se debe postergar hasta febrero del próximo año, tal y como lo han solicitado algunos militantes que temen que el gobernador se inmiscuya en la elección interna.
Una vez más —quien hasta hace unos días era secretario particular del gobernador— se pronunció a favor de que sea transparente y democrático el proceso interno, pues será determinante para mantener la unidad; incluso refirió que no hay que el nuevo dirigente debe ser electo a través de una consulta a las bases y no por asamblea de delegados.
“Esperamos un proceso interno ordenado, civilizado y sin duda la aportación de todos los aspirantes a la dirigencia del PRI ayudará a mantener la unidad del partido. Si no nos fortalecemos para ser una oposición, probablemente daremos muestra de nuestras debilidades”, puntualizó.
Aunque precisó que quedó en buenos términos con el gobernador tras su renuncia al cargo, sí dejó entrever que sostiene una rivalidad con Javier López Zavala, otro de los anotados en la lucha por el partido político.
El apunte
Guillermo Deloya adelantó que será hasta la próxima semana cuando presente su plataforma de trabajó y a la priista que lo acompañará como fórmula para poder participar en la elección del nuevo líder del priismo poblano.
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