Ayer por la noche trascendió de manera extraoficial que los exámenes periciales de ADN que se aplicaron sobre el cadáver de una mujer hallado el pasado 22 de julio confirmaron que la víctima es Thalía Martínez Ramírez, la estudiante de la Facultad de Comunicación de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) que había desaparecido desde el 14 de julio.
Aunque al cierre de la presente edición la información no había sido confirmada por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), se supo que el cuerpo presentaba un par de golpes en la cabeza, aunque no se habían determinado las causas del deceso, según dio a conocer e–consulta.
La fuente agregó que los familiares de la joven fueron citados la noche de este miércoles, por lo que se espera que en las próximas horas la PGJ proporcione los pormenores del caso, así como las líneas de investigación que hay al respecto.
Los restos de la interfecta fueron hallados en el kilómetro 12 de la Vía Atlixcáyotl, en avanzado estado de descomposición y envuelto en bolsas.
Las condiciones del cadáver dificultaron la identificación por parte de los familiares, quienes, sin embargo, pudieron reconocer las ropas de la alumna, aunque no pudieron llevársela para las honras fúnebres, porque la Procuraduría General de Justicia determinó que la identidad se corroborará con pruebas de ADN.
La desaparición de Thalía Martínez Ramírez suscitó la movilización de sus parientes, amigos, compañeros y conocidos en una campaña para su búsqueda, que tuvo las redes sociales como una de sus principales instrumentos.
Hasta ahora las líneas de investigación sobre el caso no han sido reveladas por la Procuraduría General de Justicia.
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