Desde hace varios sexenios, en la Sierra Mixteca de Puebla claman por ayuda y atención por parte de las autoridades estatales, pues se trata de una región de contrastes, donde se capta el más importante flujo de remesas de Estados Unidos a la entidad, pero al mismo tiempo no hay proyectos de inversión, no hay empleo y las sequías son cada vez más agobiantes para el agro.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social a 2011, la región Mixteca poblana es una de las 32 regiones más empobrecidas del país; la integran 104 municipios, de los cuales 49 de ellos están en condiciones de alta marginación y 55 en condiciones de muy alta marginación.
Algunos de estos lugares son Santa Inés Ahuatempan, Huatlatlauca, Ixcamilpa de Guerrero, Xicotlán, Coyuca de Andrade, San Pedro Yeloixtlahuaca, Chinantla, Piaxtla, San Jerónimo Xayacatlán, Petlalcingo, Tehuitzingo, Santa Catarina Tlaltempan, Cohetzala, Tulcingo, Tecomatlán, Molcaxac, Coatzingo, San Miguel Ixitlán, San Pablo Anicano, entre otros.
Un reporte de la organización Iniciativa Ciudadana Puebla señaló que Axutla, Tulcingo, Chila de la Sal y Chinantla son los mayores emisores de migración a Estados Unidos y los mayores receptores de remesas que estos envían, presentan niveles de marginación altos y contradictoriamente son los municipios con más grado de marginación de toda la Mixteca poblana.
La opinión de instituciones como el Tecnológico de Acatlán, así como de algunas organizaciones religiosas coincide que entre 85 y 90 por ciento de las remesas que son envidas por los migrantes a esta región son gastadas en servicios, mientras que el resto se utiliza para ahorro e inversiones.
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