Ni obras, ni recursos, ni la invitación para participar en los festejos del 150 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, han recibido las comunidades que vieron nacer a los héroes indígenas que, sin nada más que su valor y un machete, derrotaron al poderoso ejército francés en 1862.
El gobierno poblano prepara obras de infraestructura, actividades artísticas y culturales; el federal –entre otras cosas- expedirá una moneda conmemorativa en plata, a través del Banco de México, porque en menos de dos meses habrá “fiesta nacional”, prometió el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, en una visita a la entidad hace menos de un año.
En el cerro de Acueyametepec, donde se encuentran los Fuertes de Loreto y Guadalupe, testigos de la defensa de la soberanía nacional, sobresalen grandes estructuras de concreto. Al alba y al ocaso, sin descanso, miles de trabajadores se ven al pasar por una de las grandes obras alusivas a la batalla: el Viaducto Ignacio Zaragoza.
De forma paralela, en Comalpetec, localidad de Zacapoaxtla que –dicen los vecinos- vio nacer a Juan Francisco Lucas, Capitán del Sexto Batallón de la Quinta Compañía de Zacapoaxtla, no se vislumbra obra alguna.
Cerca de la presidencia municipal, en lo alto de un cerro, rodeado de neblina y llovizna, se distingue el monumento edificado por los pobladores en honor a uno de “Los Tres Juanes de la Sierra Norte” –el resto: Juan Nepomuceno Méndez y Juan Crisóstomo Bonilla.
El campesino dejó familia y tierras para sumarse al general Ignacio Zaragoza, quien encabezaba un ejército disminuido en hombres, armamento y preparación bélica.
Al oriundo de Comalpetec lo siguieron indígenas serranos de Tatoxcac, San Juan Tahigtic, Ahuacatlán, Atacpan, Xaltetela, Cuetzalan, Zacatipan y Xocoyolo. Todos, armados con machetes, se enfrentaron a los hombres comandados por Carlos Latrille, Conde de Lorencez.
“A mucha honra soy descendiente de Don Juan Molina (Mayor del Ejército mexicano y compañero de Juan Francisco Lucas). El abuelo nos contaba poco, pero sabemos que empezaron a organizarse porque no les gustaban las injusticias, empezaron a unirse y fueron a combatir a la Batalla del 5 de Mayo, por eso para nosotros son héroes y queremos que se voltee a ver a las comunidades donde nacieron porque lamentablemente tenemos muchas necesidades”, cuenta indignada Noemí Reyes Molina.
A la par, Daniel Peña busca las palabras “en castellano” que expliquen las carencias de San Juan Tahigtic. Con dificultad, y hasta con desesperación, refiere que es integrante del Comité que gestiona la construcción de la segunda etapa de la carretera que comunica a su comunidad con Zacapoaxtla la cual, confía, pronto se concretará.
En Tahigtic el grado de marginación es alto. De los 2 mil 644 habitantes, el 36.82 por ciento es analfabeta, el 85.33 por ciento de la población mayor de 15 años no concluyó su educación básica.
Si en materia educativa existen rezagos, también los hay en los servicios de salud: el 94.89 carece de derecho-habiencia; en tanto, 6 de cada 10 viviendas no tienen sistema de drenaje, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Los 245 originarios de Zacatipan viven en condiciones similares. Tres de cada 10 personas mayores de 15 años lograron terminar la secundaria. La mitad de las viviendas no cuenta con drenaje, el 30.77 por ciento vive sin luz eléctrica, y el 57.69 por ciento de los hogares tiene piso de tierra.
En Xocoyolo, Comalpetec, Tatoxcac, Ahuacatlá y Atacpan el rezago es catalogado como medio. En Santa Cruz Xaltetela y Cuetzalan es bajo.
“Lo que necesitamos en estas localidades son obras”, dice Rodolfo Nicolás Hernández Guerrero, presidente auxiliar de Comaltepec.
Lo secunda su correligionario de Tatoxcac y agrega: “A nadie le echamos pleitos, ni al presidente municipal ni al gobernador (…), quisiéramos que de lo que nos toca por las 7 personas que participaron (en la batalla) ojalá nos dieran obras, no dinero”.
Esto debido a que los 4 mil 297 vecinos necesitan alcantarillado, electrificación, pavimentación y aulas para el bachillerato que actualmente funciona en la Presidencia Auxiliar.
Las necesidades se repiten en las nueve localidades, por ello sus habitantes apelan a la sensibilidad del gobierno estatal para que realice obra pública aunque su participación no sea requerida en los magnos eventos que conmemorarán la Batalla del 5 de Mayo.
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